Josep Cárceles pretende con su acción que las personas continuen descubriendo los valores de entrega, radicalidad, esfuerzo, amor y solidaridad que expresa Jesús colgado de la cruz con los brazos abiertos en señal de acogida y perdón.
Su postura es una llamada a que la gente piense que entregar la propia vida por los demás es el valor más sublime.
Y que Cristo entregó Su vida hasta el sacrificio en cruz por defender la libertad, la dignidad y la igualdad de todos los seres humanos.
Una persona anónima dejo escrito este comentario en el blog:
Esta obra es algo más que arte. En sí, va más allá y más lejos que todo lo que hayamos visto hasta ahora. Es nacimiento y final. Es proceso y tentativa, alfa y omega; una culminación de todo ello en una recreación de la miseria humana y la bondad del artista que la ha hecho posible. Trasciende a la humanidad y a la vida.
La fe de Cárceles en Dios hace que el ente Supremo le escuche, y el pintor, como humilde mortal, haga honor a su mandato, culminando su obra. En ella no yace un estilo más sino el sujeto y la forma, empleado en la mente creadora del artista. Un artista que diseña, que crea, que imbuye al público, que inspira, que motiva, que se eleva; y se proyecta como una esfera de cambio, de un cambio necesario, implícito a nuestra existencia, intrínseco de nuestras vidas, de nuestro hemisferio, medio un clamor simbólico que lo arrolla todo a su paso; para lanzar ese grito de sublevación -artística, en su caso- que el mundo necesita.
Esta obra es algo más que arte. En sí, va más allá y más lejos que todo lo que hayamos visto hasta ahora. Es nacimiento y final. Es proceso y tentativa, alfa y omega; una culminación de todo ello en una recreación de la miseria humana y la bondad del artista que la ha hecho posible. Trasciende a la humanidad y a la vida.
ResponderEliminarLa fe de Cárceles en Dios hace que el ente Supremo le escuche, y el pintor, como humilde mortal, haga honor a su mandato, culminando su obra. En ella no yace un estilo más sino el sujeto y la forma, empleado en la mente creadora del artista. Un artista que diseña, que crea, que imbuye al público, que inspira, que motiva, que se eleva; y se proyecta como una esfera de cambio, de un cambio necesario, implícito a nuestra existencia, intrínseco de nuestras vidas, de nuestro hemisferio, medio un clamor simbólico que lo arrolla todo a su paso; para lanzar ese grito de sublevación
-artística, en su caso- que el mundo necesita.
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